CINE : ARTEMULTIPLEX - Av. CABILDO 2829
ENCUENTRO: a las 20.15 hs. en el hall-café del cine.
FUNCIÓN: 20.55 hs.
ENTRADA: 190 $ (pero con Tarjeta La Nación o Clarín 365 o enviando la palabra MULTIPLEX al 70709 de CUPONSTAR, obtendrás tu 2x1, abonando 95 $ cada uno)
CRIMEN EN EL CAIRO
Película: CRIMEN EN EL CAIRO
Orígen:SUECIA
Estreno: 14.06.2018
Género: THRILLER
Duracón: 110 minutos
Actores: Ger Duany, Slimane Dazi, Fares Fares, Tareq Abdalla, Yasser Ali Maher, Nael Ali, Hania Amar.
Director: Tarik Saleh.
Guionista: Tarik Saleh.
Director de fotografía: Pierre Aïm.
Música: Krister Linder.
Montaje: Theis Schmidt.
Producción: Kristina Aberg.
Sinopsis: Noredin, un detective corrupto con un futuro brillante en el cuerpo de policía, y cuyo principal propósito no es exactamente hacer el bien sino hacerse rico, es enviado al hotel Nile Hilton, donde acaban de descubrir el cadáver de una hermosa mujer. La identidad de ésta, sus conexiones con las élites de El Cairo y otros incidentes más personales acabarán llevando a Noredin a tomar decisiones trascendentales y a descubrirse a sí mismo.
Trailer del film:
https://www.youtube.com/watch?v=ihfwa6XAasM
Opinión: BUENA (8)
Página12/Muerte en el Nilo/Por Diego Brodersen
Esta semana se estrena Crimen en El Cairo, una intensa relectura del film noir hablada en idioma árabe donde se abordan dos grandes temas: la corrupción policial frente a un caso de asesinato y chantaje, y el indiscutido protagonismo de una de las grandes megaciudades del mundo como es El Cairo, todo en el año 2011, cuando aparecen los primeros indicios de la revuelta conocida como la primavera árabe. En esta entrevista, el realizador Tarik Saleh cuenta cómo se desarrolló el complejo rodaje de su tercer film de ficción, que finalmente debió completarse en Marruecos.
ENCUENTRO: a las 20.15 hs. en el hall-café del cine.
FUNCIÓN: 20.55 hs.
ENTRADA: 190 $ (pero con Tarjeta La Nación o Clarín 365 o enviando la palabra MULTIPLEX al 70709 de CUPONSTAR, obtendrás tu 2x1, abonando 95 $ cada uno)
CRIMEN EN EL CAIRO
Película: CRIMEN EN EL CAIRO
Orígen:SUECIA
Estreno: 14.06.2018
Género: THRILLER
Duracón: 110 minutos
Actores: Ger Duany, Slimane Dazi, Fares Fares, Tareq Abdalla, Yasser Ali Maher, Nael Ali, Hania Amar.
Director: Tarik Saleh.
Guionista: Tarik Saleh.
Director de fotografía: Pierre Aïm.
Música: Krister Linder.
Montaje: Theis Schmidt.
Producción: Kristina Aberg.
Sinopsis: Noredin, un detective corrupto con un futuro brillante en el cuerpo de policía, y cuyo principal propósito no es exactamente hacer el bien sino hacerse rico, es enviado al hotel Nile Hilton, donde acaban de descubrir el cadáver de una hermosa mujer. La identidad de ésta, sus conexiones con las élites de El Cairo y otros incidentes más personales acabarán llevando a Noredin a tomar decisiones trascendentales y a descubrirse a sí mismo.
Trailer del film:
https://www.youtube.com/watch?v=ihfwa6XAasM
Opinión: BUENA (8)
Página12/Muerte en el Nilo/Por Diego Brodersen
Esta semana se estrena Crimen en El Cairo, una intensa relectura del film noir hablada en idioma árabe donde se abordan dos grandes temas: la corrupción policial frente a un caso de asesinato y chantaje, y el indiscutido protagonismo de una de las grandes megaciudades del mundo como es El Cairo, todo en el año 2011, cuando aparecen los primeros indicios de la revuelta conocida como la primavera árabe. En esta entrevista, el realizador Tarik Saleh cuenta cómo se desarrolló el complejo rodaje de su tercer film de ficción, que finalmente debió completarse en Marruecos.
“15 de enero de 2011-Abdín, El Cairo”. La placa ubica al
espectador con total precisión, mientras corren los títulos de apertura y el
comandante Noredin Mostafa, vestido con su traje oficial de gala, termina de
peinar prolijamente su cabello hacia un costado. A pesar de esa pulida
apariencia, Mostafa podría ser un primo lejano del bad lieutenant de Abel
Ferrara: su rutina diaria incluye levantar las coimas por protección en los
puestos de venta callejeros, no dudar ni un segundo a la hora de quedarse con
el dinero de bolsillo de algún detenido, fumar marihuana y consumir pastillas
de todo tipo e incluso, a pesar de las costumbres culturales y religiosas,
beber alcohol en cantidades poco prudentes. Sin embargo, las prácticas de este
particular oficial de policía no son muy diferentes a las de varios de sus
compañeros e incluso a las de su superior y padrino en la fuerza, con quien
parece pasar más tiempo discutiendo posibles “mordidas” de tal o cual negocio
–no importa si este es legal o ilegal– que en los mecanismos necesarios para
combatir el crimen dentro de los límites de control del precinto. Todo parece
estar tranquilo en la capital egipcia, pero dos hechos de diferente tenor –uno
de ellos individual, el otro masivo, ambos violentos– harán que ese equilibrio
estalle en mil pedazos. Ese mismo día, el 15 de enero de 2011, una famosa
cantante de música popular será degollada en una suite del hotel cinco
estrellas Nile Hilton y la única testigo casual del hecho, una empleada de
limpieza de origen senegalés, desaparecerá en uno de los barrios marginales de
la ciudad. Diez días más tarde, sin que pueda establecerse una línea directa
entre ambas situaciones –aunque, en el fondo, exista una gruesa filiación de
índole social– los primeros indicios de la inminente Revolución Egipcia
comenzarán a sentirse en el aire. The Nile Hilton Incident (Crimen en El Cairo
en la Argentina), que podrá verse en salas de cine a partir de este jueves, es
el último largometraje del realizador Tarik Saleh, una coproducción entre
Suiza, Dinamarca y Alemania completamente hablada en idioma árabe. Una intensa
relectura del film noir –con sus detectives y policías caminando sobre la
delgada cornisa que separa el bien del mal, sus mujeres fatales envueltas en
humo de tabaco y las calles de la ciudad como testigo mudo de las alianzas,
traiciones y crímenes que la atraviesan día a día– que no necesita hacer alarde
de ningún esteticismo posmoderno o de la simple imitación formal de códigos y
formas, prefiriendo en cambio la construcción de un realismo de género. A su
manera, además, es un film político, como lo son algunos de los grandes
policiales negros de la historia.
“Ojalá pudiera estar en este momento en Argentina
presentando la película. Estuve allí solamente una vez y me pareció una ciudad
fascinante, muy europea y al mismo tiempo diferente”. Eso es lo primero que
dice Tarik Saleh luego de atender el llamado telefónico. “Fue en el año 2001,
cuando fuimos invitados por el Instituto Goethe a presentar mi primera
película, el documental Sacrificio: Who Betrayed Che Guevara, que codirigí
junto a Erik Gandini”. Esa visita de hace casi dos décadas a Buenos Aires y a
la Sala Leopoldo Lugones, donde fue exhibido el film (un retrato de Ciro
Bustos, el hombre acusado oficialmente por el gobierno de Castro de haber
proporcionado la información que terminó con la detención y muerte de Guevara)
formó parte de un recorrido latinoamericano que también lo llevó a Cuba, justo
en momentos en los que el filósofo francés Régis Debray pasaba a ser
considerado persona non grata por el régimen. “Nos invitaron porque nuestra
película no concordaba con las actitudes de Debray, pero al mismo tiempo no
confiaban demasiado en nosotros, por lo que todo el tiempo fuimos seguidos de
cerca por dos personas de seguridad interior, disfrazados de periodistas. Como
en un film noir”. Nacido en Estocolmo hace 46 años, de padre egipcio y madre
suiza (“Soy uno de esos bastardos, la pesadilla de este nuevo mundo”), Saleh
dejó atrás su pasado como joven maravilla del grafiti –su pieza “Fascinate”, de
1989, no sólo sigue en pie, sino que es preservada por el estado suizo como
bien cultural– para dedicarse al cine y la televisión. Luego de dirigir un
puñado de documentales, entre ellos Sacrificio, debutó en la ficción con
Metropia (2009), relato de animación distópico con las voces de Vincent Gallo,
Juliette Lewis y Udo Kier. Crimen en El Cairo es su tercer largo de ficción y,
como si la mirada atenta de los agentes cubanos tuviera un eco reciente, a poco
de comenzar la producción tuvo que mudar toda la maquinaria técnica y artística
a Marruecos: “Nos echaron del país tres días antes del comienzo del rodaje
principal. Nos obligaron a cerrar todo. Básicamente tuvimos que sacar de
contrabando unos cuarenta trajes de la policía egipcia y todo lo que habíamos
hecho allá y llevarlo a Casablanca. Pero no me gusta hablar de esa historia
porque mucha gente puede ponerse a mirar la película a la defensiva y pensar
que no puede ser buena porque tuvimos esos problemas. La idea a partir de ese
momento fue que nada de eso no se notara en pantalla y, entre lo que filmó la
segunda unidad y lo que logramos realizar con efectos especiales, terminó
habiendo muchísimos planos de El Cairo en el film. En algún punto creo que fue
lo mejor. Al fin y al cabo, en Amarcord Fellini reconstruyó gran parte de su
pueblo natal en los estudios de Cinecittà”.
El lado equivocado
El cuerpo sin vida de Lalena, la cantante, yace en el piso
sobre un charco de sangre. Mostafa ingresa en la escena del crimen mientras la
cámara, imitando su mirada, se detiene un instante en los pies de un oficial de
policía, responsable de haber dejado las marcas ensangrentadas de sus zapatos
desparramadas a lo largo y a lo ancho del cuarto. Es una de las varias
instancias de humor ligero que el film de Tarik Saleh desperdiga por aquí y por
allá, reflejo no tanto de la inoperancia como de una máxima nunca explicitada:
la contaminación de las pruebas no tiene la menor relevancia ya que todo el
mundo sabe que nadie resolverá el crimen. La razón es simple: las personas
involucradas son invisibles allá en lo más alto de la pirámide política y
social. El caso será cerrado y abierto varias veces a lo largo del relato,
dependiendo de los intereses en juego, de qué piezas del ajedrez necesitan ser
movidas. En medio de todo y de todos, el comandante Mostafa, que será ascendido
a coronel de la noche a la mañana, un regalo como tantos otros, aunque éste en
particular ha sido digitado desde muy arriba. Un obsequio de lujo que,
lógicamente, también puede ser removido sin previo aviso. Entre las
pertenencias de Lalena, el recibo de un local de fotos se transforma en una
posible pista, que el (anti)héroe en construcción esconde sin seguir ninguna
clase de protocolo. Algunas imágenes íntimas y unas tiras de negativos proveen
la posibilidad del chantaje infinito, un motor de acción y reacción desde los
tiempos de Philip Marlowe. “Para mí el cine es una religión, un templo. Por lo
tanto, los géneros son algo así como un Testamento”, afirma el realizador entre
risas, pero sin ocultar la seriedad de la aseveración. “También encarnan una
posibilidad para romper las reglas, el contrato entre la película y el público.
El noir es un género que me encanta, pero no me senté a estudiar los clásicos
ni a intentar una imitación de determinados planos o cierta clase de imágenes.
Lo que sí hice fue dejar que la realidad se interpusiera entre los códigos del
género y la historia. Mientras escribía el guion y durante el rodaje siempre me
preguntaba lo siguiente: ¿cómo ocurriría esto en la realidad? Luego hay otra
cosa interesante. En Egipto, la idea de la femme fatale tiene una larga
tradición. El poder de las mujeres como arma de extorsión. Algo que seguramente
ya estuvo presente en tiempos faraónicos, pero que en épocas más actuales
remite a muchísimos ejemplos famosos de la realidad. Eso habla a las claras del
poder que tiene el sexo en una cultura donde el matrimonio y la religión son
muy fuertes”.
El incidente del Nile Hilton ocurrió realmente, aunque los
acontecimientos no fueron exactamente como los describe la película y, además,
tuvieron lugar unos años antes de la revolución que terminó destituyendo al presidente
Hosni Mubarak luego de casi treinta años en el poder. “El guion fue escrito un
año antes de los hechos que desencadenaron la revuelta en Egipto. Nunca quise
hacer una película estrictamente sobre la Revolución, creo que eso es algo que
debe hacerlo alguien más cercano físicamente a los hechos. Pero, al mismo
tiempo, pensaba que la historia de la película tenía alguna relación, decía
algo sobre la sociedad egipcia. Pienso que muchas de las películas que solemos
llamar ‘políticas’ no envejecen demasiado bien e incluso hay casos en los que
la historia termina demostrando que estaban equivocadas. Pero con el arte
narrativo en general hay algo que se puede hacer y es muy potente: ser una
especie de testigo de una experiencia humana. Creo que la Primavera Árabe fue
un hecho importante, quizás tanto como la caída del Muro de Berlín. Y no creo
que haya acabado, apenas ha comenzado. En el caso del film, sentía que lo
fascinante era la historia de este hombre que tiene todo para ser un ganador
gracias al viejo sistema y que es aplastado cuando se pone en contra de éste.
Para lograrlo era importante que el punto de vista fuera siempre el de la
policía y nunca el de los revolucionarios, de reforzar el hecho de que la
revolución es mirada desde el lado equivocado de la reja. En más de un sentido,
la de Crimen en El Cairo no es una típica historia detectivesca. Lo más
importante no es quién asesinó a esa mujer –algo que, por otro lado, queda
claro en la escena del crimen– sino quién gana con esa muerte. Y lo realmente
fuerte es que, a fin de cuentas, queda claro que todos deseaban que esa mujer
estuviera muerta, porque todo el mundo tenía algo que ganar a partir de ello. Y
eso es lo genuinamente noir de la película, la forma en la que se mira el
mundo. Aunque debo decir que todo el tiempo lucho contra eso y trato de ser un
poco más optimista”.
El Cairo multicolor
El policía Noredin Mostafa; su superior, el general Kammal
Mostafa (su tío, para más datos); la víctima, Lalena; su amiga Gina, también
cantante; la principal testigo, Salwa; el extorsionador Hatem Shafiq. Algunos
de los personajes principales del drama. Peones, caballos, alfiles, reyes y
reinas del que quizá sea el personaje más importante de todos: la ciudad de El
Cairo, con sus calles laberínticas y locales multicolores reconstruidos por la
producción cerca del Mediterráneo. “Me han dicho muchas veces que la película
es esencialmente acerca de la corrupción. Pero creo que hay algo más grande y
que es común en ciudades como El Cairo o Nueva York o Londres. Y supongo
también Buenos Aires. Las ciudades tienen su personalidad. Estocolmo, por
ejemplo, quiere que al visitante le guste la ciudad. Pero a esas ciudades
grandes realmente les importa una mierda lo que piensen de ellas. Noredin
Mostafa es el príncipe de El Cairo y algún día, cuando su tío deje la jefatura
de policía, será el rey. Él conoce muy bien esa ciudad... y sin embargo rompe
la regla más sagrada: no se le puede decir a la ciudad qué es lo que tiene que
hacer. Uno la acepta tal cual es y juega según sus reglas y, de esa forma, ésta
acepta que seas su príncipe o su rey. Pero nunca, jamás se inventan e imponen
reglas nuevas. Eso es que hace el personaje y justamente por eso será
aplastado. Esa es una pregunta más grande que aquella relacionada con la corrupción.
En la mayoría de los países occidentales se habla constantemente de corrupción,
pero hay que entender que en muchos lugares del mundo que estuvieron regidos
por poderes extranjeros los sistemas paralelos florecieron, incluso desde hace
miles de años. Y ese sistema solía ser el único que realmente funcionaba para
la gente que vivía allí. Por supuesto, eso es corrupción, pero al mismo tiempo
era el único esquema de subsistencia viable”. Antes de despedirse y continuar
con el proceso de edición de un nuevo proyecto, el realizador confirma que,
como le ocurría a Buenos Aires hace un siglo, también a El Cairo solían
apodarla La París de Medio Oriente. “Lo único que nunca sabremos con certeza es
si eso es un halago o un insulto, ¿no es cierto?”. Tarik Saleh se encuentra
preparando un largometraje de ficción que será rodado en idioma inglés y
recientemente pasó por una experiencia novedosa en su carrera, un encargo:
rodar un capítulo de la serie Westworld, la superproducción futurista de HBO.
Sin embargo, sus ideas respecto de las diferencias entre ambos medios son bien
claras: “Todo el mundo está fascinado con la televisión y la exitosa factoría
de series, pero creo que nada puede compararse al cine, la idea de meterse en
un mundo extraño, de acompañar a un personaje e incluso ser ese personaje
durante un par de horas”.
Muchas gracias Laura, Fabiana, Lucila, Enrique, Carlos y Juan por acompañarme...me gustó mucho este film que muestra la impresionante descomposición de los estamentos sociopolíticos de un Estado.
ResponderEliminarDejo aquí la opinión de una experta, Catalina Dlugi:
Cuando una cantante popular es encontrada degollada, la escena del crimen se contamina sin problemas, el policía protagonista, encontrará la punta de un ovillo y en el camino será ascendido, seducido y con graves problemas.
Un film intenso, bien realizado, que mantiene el suspenso a la perfección, pero también muestra las entrañas de una corrupción enraizada en una sociedad dispuesta al cambio.
El director y guionista Tarik Saleh ( nacido en Estocolmo, de madre suiza y padre egipcio) filma con talento y mete al espectador en esa mezcla de suspenso, zona oscura de peligro sin héroes impolutos, con un entorno que fascina y da miedo, mostrando las entrañas de un mecanismo implacable de inmoralidad.
Es un film de género pero sin artificios y una cuota de mirada inteligente del entorno que lo saca del mero entretenimiento y lo transforma, también, en un film político.
Grandes actores, buenos climas, una película para no perderse !!
Calificación: ****