Porque el cine es magia y sigue siendo la mejor forma de ver una película, el participar no tiene costo extra, solo tendrán que comprar sus entradas, y a la salida si hay cuorum, vamos a cenar y charlar sobre la película y otros temas. Eso sí, sugiero evitar temas de política, religión y fútbol. Dejo mi mail para consultas y avisos de asistencia: elsa.argentina@gmail.com Saludos !

Martes 22 de noviembre: La piel que habito...en BELGRANO !

Película propuesta para el próximo dia
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La piel que habito
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DRAMA 120 min.
ARTEPLEX BELGRANOHORARIO:20,30 hs.
Esperamos tus comentarios (haz clic en la palabra "comentarios" si no hay ninguno)***“La piel que habito”, El amor de un loco...OPINIÓN: Muy Buena

2 comentarios:

  1. Almodóvar sorprende otra vez con este fime transgresor y algo truculento, pero atrapante y entretenedor. Antonio Banderas, cada vez mejor como actor, da gusto mirarlo, a pesar de lo gélido de su personaje, el resto del elenco muy buenos todos, la música de la película una maravilla y hasta aparece cantando la fabulosa Concha Buika, todo un lujo.

    Mi puntaje: 9

    Muchas gracias a Mirta, Nelly, Monique, Claudia, Alberto y Enrique por acompañarme este martes al cine.

    Hasta la próxima película !

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  2. “La piel que habito”: El amor de un loco por José Arce // Pedro Almodóvar firma una de las más arriesgadas piruetas imaginables en su filmografía sin renunciar a la esencia de su cine. Turbadora, extravagante y fascinante, una película de visión obligada, pero no del gusto de todos. Quien esto escribe sentía una (morbosa) curiosidad por ver qué había hecho Pedro Almodóvar con la adaptación libre de la escalofriante novela “Mygale/Tarántula”, escrita en 1984 por un Thierry Jonquet reticente a que su increíble texto saltase a la gran pantalla. El resultado es “La piel que habito” (ver tráiler), pirueta que marca una cumbre en la obra del director manchego no ya sólo por su riesgo, sino por la capacidad que demuestra para mantener la esencia de su cine en un salto mortal genérico de este calado. Tan iguales, tan distintas, novela y película son ya trabajos imprescindibles // «Tú y yo no somos como el resto del mundo». Vaya por delante que no se trata de una propuesta del gusto de todos, puede que ni siquiera de la mayoría. Turbadora, extravagante, osada, fascinante, mutante, cochina, vintage, explosiva, éticamente retorcida… y totalmente almodovariana, “La piel que habito” demuestra que el director puede jugar con los abismos del horror factible sin renunciar a sí mismo. Rodada con un buen gusto incontestable, cuidadísima en la composición de cada plano, de cada secuencia, el realizador dilata los primeros rollos abriendo un intrincado abanico de líneas narrativas y temporales, difícil en su apuesta por la inclusión de elementos que pueden parecer superfluos para el conjunto pero que finalmente encajan con precisión quirúrgica ─valga lo facilón de la expresión─ en este puzle laberíntico y maquiavélicamente desquiciado. Y mientras se compone, la sorpresa es constante. Apoyada en una fotografía de José Luis Alcaine sencillamente despampanante, hermosa, de colores vívidos hasta lo palpable, y en una banda sonora de Alberto Iglesias que se une al cruel jolgorio general, la película se corona con un obsesivo y antológico Antonio Banderas que tiene en Ledgard un suculento regalo como actor, convertido en un pequeño dios que rige ese microuniverso opresivo y elegante en el que se convierte la clínica pesadillesca en la que reside y acecha. Verdugo y víctima, el objeto de sus anhelos/odios toma la forma de la siempre integralmente entregada Elena Anaya, formando una pareja eléctrica observada de cerca y de lejos por los elementos más personales de esta alucinación poliédrica, una Marisa Paredes crepuscular y frustrada y un Roberto Álamo atigrado, deliciosamente ridículo y desconcertante. Provocará carcajadas y espantos a partes iguales, pero “La piel que habito” muestra un valor y una naturalidad ante los que hay que quitarse el sombrero. Y lo hacemos encantados.
    Calificación: 8/10

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