El cine es magia y sigue siendo la mejor forma de ver una película. Participar no tiene costo extra, solo tendrás que comprar tu entrada y sumarte. A la salida, si hay cuorum, se puede ir a cenar y charlar sobre la película y otros temas, evitando conversar sobre política, religión y fútbol, digo si no tienes "autocontrol" 😄 Dejo mail para consultas: elsa.argentina@gmail.com Saludos !

MARTES 11-02-2025: EL BRUTALISTA

DÓNDE: MULTIPLEX BELGRANO - Vuelta de Obligado y Mendoza - CABA

FUNCIÓN: martes 11 de febrero a las  20:05 hs

ENCUENTRO: a las 19.45 hs frente a la sala 2 COMFORT PLUS 

ENTRADA: $ 5000.-

La pelicula cuenta con un intervalo de 15 minutos

MI UBICACIÓN: fila H asiento 5



PELÍCULA: EL BRUTALISTA

AÑO: 2024

PAÍS: Estados Unidos

GÉNERO: Drama histórico épico. Arquitectura. Inmigración. Años 40. 50 y 60. Cine independiente USA

DURACIÓN: 3 h 35 m

ESTRENO: 6/02/2025

IDIOMA: Inglés Subtitulada

DIRECCIÓN:  Brady Corbet

GUIÓN: Brady Corbet, Mona Fastvold

FOTOGRAFÍA:  Lol Crawley 

MÚSICA: Daniel Blumberg

PROTAGONISTAS: Adrien Brody, Felicity Jones, Joe Alwyn, Guy Pearce, Raffey Cassid, Stacy Martin, Dávid Jancsó 


SINOPSIS:  Huyendo de la Europa de la posguerra, el visionario arquitecto judío-húngaro László Toth que sobrevive al Holocausto y emigra a Estados Unidos para reconstruir su vida, su obra y su matrimonio con su esposa Erzsébet tras verse obligados a separarse durante la guerra a causa de los cambios de fronteras y regímenes. Solo y en un nuevo país totalmente desconocido para él, László se establece en Pensilvania, donde el adinerado y prominente empresario industrial Harrison Lee Van Buren reconoce su talento para la arquitectura. 
Pero amasar poder y forjarse un legado tiene su precio

Premios
2024: Premios Oscar: 10 nominaciones, incluyendo Mejor película
2024: Premios Globos de Oro: Mejor película, dirección y actor (Brody)
2024: Premios BAFTA: 9 nominaciones, incluyendo Mejor película
2024: Festival de Venecia: Mejor dirección y Premio FIPRESCI
2024: Premios Independent Spirit Awards: Nominada a Mejor dirección.
2024: Festival de Valladolid - Seminci: Nominada a Mejor Película - Espiga de Oro.
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Película impactante y comprometida humanamente, con excelentes actuaciones. Una exploración visual de la ambición y la memoria !!  
Aclaración necesaria: No es una película biográfica
Mi puntaje: 9










Nota de Karina Corona
El brutalismo en arquitectura surgió en la posguerra como una respuesta radical a las necesidades de reconstrucción. Caracterizado por su uso de hormigón crudo, formas geométricas sin ornamentos y una estética que priorizaba la funcionalidad sobre la belleza convencional, este movimiento reflejaba tanto la austeridad de la época como una visión utópica del futuro. 
No es casualidad que Brady Corbet eligiera este título para su nueva película, El brutalista (The Brutalist, 2024), una obra ambiciosa que, al igual que el estilo arquitectónico al que alude, expone con crudeza la dureza del entorno y la lucha del individuo por dejar su huella en él


1 comentario:

  1. OPINIÓN de Paula Vázquez Prieto para La Nación Diario ~ Nuestra opinión: Muy buena.
    Tiempos de posguerra y desazón, la tierra virgen sin historia ni pecados, la tierra fértil en alimentos e industrias, tal como reza el corto publicitario del estado de Pensilvania que vende sus bondades a propios y ajenos. La imagen que condensa esa premonición, la de la gloria y las tinieblas, es la figura invertida de la Estatua de la Libertad vista entre el vapor de un barco de inmigrantes recién llegado desde Europa a la isla Ellis. Allí, entre el estrépito del escape y la ilusión del salvataje, asoma Lázló Tóth (un inmejorable Adrien Brody), prisionero del campo de Buchenwald, arquitecto formado en la Bauhaus, perseguido y deportado por ser judío de su Hungría natal. Llega a la tierra prometida, al único lugar en el mundo donde se puede estar a salvo y empezar de nuevo. Es la historia de Lázló en América, un personaje inventado en una falsa biopic que no solo explora el choque entre la crisis moral del Viejo Mundo y el capitalismo rugiente y oportunista del Nuevo, sino la configuración de las identidades del siglo XX, las correspondencias entre comunidad y religión, las ataduras entre arte y dinero, y la fachada de padrinazgo que a veces encubre el abuso y el sometimiento. Es una película ambiciosa sí, y Corbet tiene con qué sostener sus ambiciones; su cine es riguroso e imponente, su película sigue con la misma convicción que su personaje el instinto de la pura creación.
    Cuando Lázló es liberado del horror del campo de concentración, también deja atrás a su esposa Erzsebéth (Felicity Jones) y a su sobrina Zsofía (Raffey Cassidy), ambas sobrevivientes de Dachau retenidas en la frontera austríaca. En 1947 arriba a Nueva York y el primer destino será el depósito de la mueblería de su primo Attila (Alessandro Nivola), demasiado ocupado en asimilarse a su hogar en Pensilvania, a su esposa católica, a su apellido transformado, como para preocuparse por las dignidades de los otros. Allí comienza el largo viaje del arquitecto, cuyos modernos edificios en Budapest han resistido la erosión del Danubio pero no el olvido de los hombres, y cuyo presente oscila entre el destrato, la adicción, los trabajos mal pagos y la mendicidad. Esta primera parte de la película supone un camino desde la oscuridad a la luz, y al final del túnel estará el encuentro con el industrial Harrison Lee Van Buren (un genial Guy Pearce, el actor de MEMENTO): el diseño de una modernísima biblioteca por casualidad y la actuación del mecenas como autoproclamado salvador.
    La segunda parte es en la que Corbet ensaya una evidente disección de la historia de su país sin condescendencias, pero también con insistencia en metáforas explícitas. La bisagra parece ser el año 52, el proyecto del centro comunitario en honor a la madre fallecida de Van Buren, y también la llegada de Erzsebéth desde Europa. Todo parece alinearse, la familia reunida en las tierras de Doylestown y el sueño arquitectónico de Lázló a punto de convertirse en realidad. Pero también es el tiempo en el que la creación de Israel anuncia la recepción de repatriados, la Guerra Fría se endurece, y la xenofobia y el antisemitismo arrecian en aquellos países que antes habían celebrado la llegada de extranjeros perseguidos.
    El edificio diseñado por Tóth con concreto y techos altos de vidrio es el símbolo de su aguda visión frente a la miopía y tilinguería de sus financistas y también la utopía de un humanismo todavía posible, un encuentro entre comunidades y credos diferentes, entre hombres y mujeres del mundo que aceptan su pasado con el anhelo de imaginar un futuro. Una batalla que el propio Corbet hace suya en la épica de su película en la humanidad dolorosa de sus criaturas y en la conciencia de que toda grandeza es un destino ingrato y sacrificado.

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