Porque el cine es magia y sigue siendo la mejor forma de ver una película, el participar no tiene costo extra, solo tendrán que comprar sus entradas, y a la salida si hay cuorum, vamos a cenar y charlar sobre la película y otros temas. Eso sí, sugiero evitar temas de política, religión y fútbol. Dejo mi mail para consultas y avisos de asistencia: elsa.argentina@gmail.com Saludos !

Viernes 27 de marzo: " MOMMY "...en Belgrano !


Película propuesta para el próximo día Viernes 27/03/2015
¡ Esperamos tus comentarios !
Haz click en la foto para ampliar los detalles y ver el tráiler oficial de la película


" MOMMY "


DRAMA, 139 min., ORÍGEN:Canadá (2014), CALIFICACIÓN: MUY BUENA

CINE: CINEMACITY GENERAL PAZ - Av. Cabildo 2702 - Belgrano

FUNCIÓN: 20,10 hs.

HORA/PUNTO de ENCUENTRO: A las 19,30 hs. en el Café Eros, Av. Cabildo 2700 esq. Pedro I. Rivera


ENTRADA 2X1: TRAÉ TU TARJETA DE PROMOCIONES !

Los espero !


En el postcine si hay quorum podemos ir a cenar por la zona ( Actividad Opcional )





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3 Críticas a "Mommy" (Canadá, 2014)

Wonderwall

Si hay un tema recurrente en la obra del joven realizador canadiense Xavier Dolan, es la madre. Suelen ser roles maternos bastante fallidos, mujeres algo excéntricas, con altos rasgos fálicos y poca evidencia de la función paterna, que aparece ausente o muy debilitada. Si en su ópera prima, Yo Maté a mi Madre, el cineasta abordaba cómo un joven rebelde adolescente podía matar simbólicamente a su madre, en Mommy, su quinto y último trabajo, el circuito edípico toma un giro hacia lo contrario, es la madre la que puede renunciar a su rol y desentenderse de su hijo.

El film se centra en una distopía basada en una Canadá ficticia donde los padres pueden entregar al estado a aquellos hijos que sean problemáticos o tengan severos trastornos psicológicos. Es así cómo Diane (Anne Dorval), una mujer viuda, va a buscar a su hijo al establecimiento donde asistía, ya que fue expulsado por desórdenes conductuales. Steve (Antoine-Olivier Pilon) es un adolescente con comportamientos antisociales, una estructura de personalidad muy border que lo hace extremadamente compulsivo y con la imposibilidad de poder reprimir impulsos ante algunas situaciones.

La convivencia entre ellos dos será explosiva y es ahí donde Dolan puede demostrar su madurez narrativa sumergiéndose de manera magistral en la construcción de los personajes y el vínculo, dando cuenta de los conflictos internos que vive cada uno a partir de un pasado no resuelto sin ser sobreexplicativo. Un tercer personaje se suma a esta pareja de madre e hijo, Kyla (Suzanne Clément), una vecina que sufre las secuelas de un pasado reciente muy traumático. Los tres actores nos regalan esas interpretaciones que no se olvidan, ya que encarnan sus personajes con solidez e imponente calidez interpretativa.

Filmada en un formato de 1:1, que parece ser un capricho más de un director visto por muchos como snob, la película adquiere sentido a medida que avanza el relato. La encerrona asfixiante en la que viven estos personajes se despliega muy bien en la pantalla gracias a esta modalidad de presentación. De hecho, es la obra menos narcisista de él: no aparece en cámara ni en un solo plano, aflojó con algunos vicios como la intensidad de los colores, la imagen es mucho más limpia con un trabajo de fotografía impecable, y los ralentí son usados en el momento exacto donde la intensidad dramática se apodera de la historia.

Una de las características principales de su filmografía es el buen uso que hace de la música y acá es el pilar fundamental del film. Descubrimos varias canciones conocidas que son resignificadas en las escenas, así suenan hermosas piezas de Dido, Counting Crows, Celine Dion, Beck, Lana Del Rey, una maravillosa secuencia onírica con la desgarradora Experience de Ludovico Einaudi, y una de las escenas más memorables de todo el metraje de la mano del mega clásico de Oasis Wonderwall, donde lo visto hasta el momento adquiere un nuevo sentido gracias a este tercer personaje que funciona de corte en el lazo simbiótico entre madre e hijo.

Una gran variedad de recursos cinematográficos (visuales, interpretativos, musicales y narrativos), son utilizados para contarnos un relato freudiano extremo con tinte melodramático pero sin perder sus buenas raciones de humor, que atrapa desde el primer minuto y logra la obra más madura, reflexiva, nihilista e intensa del enfant terrible canadiense.


Por Emiliano Román
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Cantando bajo la lluvia.

Mientras las imágenes y los sueños se disuelven en el aire, la vida sacude sus cadenas en medio de las gotas de lluvia que todo lo inunda. En medio de estos temporales, las grandes obras dejan una semilla, una mirada hacia lo desconocido, hacia la violencia cotidiana que se encuentra maquillada y amordazada para que sus gritos no agiten nuestra comodidad.

Mommy (2014), la última película del director, guionista y actor canadiense Xavier Dolan, es un drama existencial sobre la maternidad, la amistad y las relaciones familiares en una situación extrema. Diane (Anne Dorval) es una viuda que pretende salir adelante en changas en Quebec mientras cría a su hijo, Steve (Antoine-Olivier Pilon), un adolescente con déficit de atención, hiperactividad y raptos de violencia súbita en situaciones estresantes. Con riguroso detallismo, el director mira con su lente cada rasgo de la inusual madre, Diane, una mujer que quiere mantener su apariencia juvenil y sensual sin resignar su rol materno.

En medio del drama familiar que se vuelve insoportable por la falta o la imposibilidad de poner límites, o tal vez por las características de la relación misma, una vecina, Kyla (Suzanne Clément), profesora de colegios secundarios que se está tomando un año sabático, comienza a acercarse a Diane y Steve para ayudarlos en su convivencia y escapar de sus propios problemas. El trío desata una necesaria felicidad que les era esquiva a través de la amistad desinteresada, pero también convoca todo el pasado que la madre y el hijo se empeñan en olvidar creando contradicciones latentes que no tardan en estallar.

Las soberbias actuaciones de Anne Dorval, Suzanne Clément y Antoine-Olivier Pilon sostienen una trama que toca los puntos cardinales de los problemas sociales canadienses con gran sensibilidad y agudeza, atravesando musicalmente la cultura pop actual con canciones de Celine Dion, Oasis, Beck, Ludovico Einaudi, Lana del Rey y Dido, y dándole a Mommy la forma de un manifiesto generacional sobre los problemas de las nuevas relaciones familiares.

Los actores embisten con dramatismo a la cámara en primeros planos que registran cada lágrima y cada gesto que surge para estallar en escenas de gran fuerza emotiva, convirtiéndose en pequeños hermosos momentos que van creando de a poco una obra sobre un pasado cercano nunca expresado que revive a través del cuerpo para atormentar a los personajes. De esta manera, el director canadiense busca en las profundidad de la maternidad de ambas mujeres, y en la sintomática relación entre el hijo y su madre, los arquetipos universales de las relaciones familiares para crear un espejo terrible sobre el cual mirarnos distorsionados e interpelarnos en nuestras pasiones como seres que aman.

Por Martin Chiavarino


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Mommy: Provocadora y obsesiva ( por Alejandro Lingenti p/ LA NACION )


Con apenas 26 años, Dolan ha logrado afinar su estilo, consolidar sus convicciones, afirmar una personalidad artística y conseguir un rendimiento superlativo de los actores que elige.

Todo esto se comprueba en Mommy, donde se narra la vida de Steve, un joven que sufre, y cómo, los vaivenes de un trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Dolan inventa una polémica ley para la Canadá de su ficción (se les permite a los padres que lo deseen ceder al Estado toda la responsabilidad de la educación y la atención médica y psíquica de sus hijos) y escoge un formato inusual (1:1, que configura la pantalla como una especie de teléfono celular gigante colocado en posición vertical) para, según sus propias palabras, simbolizar la opresión en la que vive el protagonista.

Las dos decisiones encuadran perfectamente en su habitual plan de provocaciones. Programático y obsesivo, Dolan también se encarga en sus películas de la edición y el vestuario. Y siempre sabe cómo llamar la atención: con el argumento, el formato de proyección o la utilización de la música para crear escenas que, sin despegarse completamente de la trama, ganan en belleza y autonomía (en Mommy, la aparición de "Wonderwall", clásico de Oasis, es formidable). Para cuidar, y más de una vez acompañar, los desbordes de Steve, estará Die, la mamá del título, una mujer llena de fortalezas y fragilidades que intenta ostensiblemente rebelarse ante el paso del tiempo y la molicie de los mandatos sociales. "Yo cada vez te querré más y vos cada día me querrás menos. Es una ley de la vida", le dice Die a su hijo, capaz de oscilar entre una cándida interpretación de un tema de Andrea Bocelli en un karaoke y los arrebatos de furia más insospechados. Cuando la disolución entre ellos parece inevitable, entra en escena una mujer tímida pero de enorme templanza que, al menos por un breve período, transformará en una modesta pero entrañable fiesta a esa casa dominada por la sucesión de conflictos rabiosos e intempestivos. Los momentos en los que las relaciones de ese anómalo triángulo parecen estar en armonía despiden una luminosidad que tiñe todo el paisaje...Nuestra opinión: Muy buena !

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1 comentario:

  1. Oscura en su superficie e inocente en su interior, desaforada, gritona y excesiva, te pone al borde de un ataque de nervios, aunque también, en su locura y su crispación, acaba por dejar a la vez un tierno regusto de carta de amor: carta a la madre, a todas las madres por extensión...Coincido con esta opinión sobre esta peli. Mi puntaje: 8
    Muchas gracias por acompañarme al cine: Marité, Marta, Adelina, Lilian, Lucila, Miriam, Trudy, Liliana, Leonor, y Betty !
    Nos vemos pronto !
    Elsa

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